Nunca veo el discurso del rey, no me interesa lo que tenga que decir el máximo representante de una institución que me desagrada totalmente. Pero este año estaba el morbo del caso Urdangarin y quería saber como pretendía pasar este apuro.
Nos dice el rey que “la justicia es igual para todos” y eso no es cierto pues la máxima ley de los españoles que es la constitución, le diferencia, siendo su figura inviolable y no sujeta a responsabilidad. Asi mismo escapa su cargo a la ley de la soberanía popular, pues el máximo puesto político en este país no se presenta como todos los demás a la voluntad de las urnas y de todos es conocido por voluntad de quien Juan Carlos ocupa dicho cargo.
Efectivamente seria injusto que actuaciones individuales desprestigien a todo un colectivo y pone el rey el caso de todos los empresarios, trabajadores e “instituciones y organizaciones que son necesarias para la vertebración de nuestra sociedad” eso es cierto, tan cierto como que la monarquia no es en absoluto una institución necesaria en un país democrático.
En cuanto el juez impute a Urdangarin tendremos al rey que conocía el tinglado desde 2006 convertido en un encubridor. No es la suya una actitud ejemplarizante, pues conocía el delito de uno de los suyos y lo que hizo fue no solo no denunciarlo, sino cambiarlo de parroquia a Washington, a un puesto de lujo que bien pudiera parecer un premio. Deja asi con su actitud patente el monarca que su prioridad no es la de igual justicia para todos, sino la protección de la monarquia y la transmisión de la corona a su heredero.
Jose Ramon Varela Nogueiras. – Vigo –